Es un hecho indiscutible que nuestras posibilidades de aprender dependen en gran medida de nuestras habilidades lingüísticas. Si a este hecho le sumamos que las personas interaccionamos gracias al lenguaje, y que el dominio que tengamos del mismo es clave para el desarrollo de nuestro pensamiento y para interpretar la realidad, qué mejor espacio que la escuela para inculcar en los niños y niñas la necesidad de expresarse bien tanto a nivel escrito como oral.

Nuestro propósito es, por tanto, establecer actuaciones desde todas las áreas que favorezcan la construcción de nuevos conocimientos a partir del desarrollo adecuado de las habilidades lingüísticas y comunicativas.

Así comienza nuestro Plan de Oralidad que se encuentra aún en proceso de elaboración. No obstante, la experiencia nos ha enseñado que todo proyecto que se precie siempre es susceptible de mejoras, ya que la evaluación debe ser una constante inherente a él que nos permitirá modificarlo atendiendo a nuestros errores y aciertos.